Las piscinas desmontables son una alternativa viable a las piscinas enterradas, más caras y complicadas de instalar.
Estas piscinas están al alcance de todos, te permiten relajarte y refrescarte durante el verano, pero, a diferencia de las piscinas enterradas, son fáciles de desmontar o mover según tus necesidades.
Las piscinas desmontables pueden fabricarse con varios materiales, el más utilizado es el PVC, hasta la chapa de acero para los modelos más caros.
Las piscinas desmontables aportan unos beneficios en comparación a las enterradas:
El mantenimiento regular de las piscinas desmontables incluye operaciones diarias para garantizar una buena limpieza del agua y operaciones más complejas como las de mantenimiento del sistema de filtrado. Algunos de los controles más sencillos y rápidos que llevar a cabo para una limpieza óptima son hacer funcionar el filtro por al menos media jornada, controlar el nivel del pH, que siempre debe estar entre 7.4 y 7.6.
También es importante comprobar el nivel de cloro en el agua y controlar el filtro y las condiciones de la bomba.
Las operaciones que requieren más tiempo, son semanales e igualmente importantes: comprobar la alcalinidad del agua, utilizar regularmente un algicida para evitar la formación de algas, añadir pastillas de cloro al agua según las necesidades y limpiar el filtro si la presión es demasiado alta.